Pareja Disfruta De Particular Estilo De Vida: “No Somos Hippies, Somos Happies”

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Julián y Ana, una pareja que soñaba con vivir de un modo distinto a los demás, lejos de la ciudad decidió  jugársela por lo que deseaban y realizar su sueño. Fue en La Calera, Colombia, donde esta pareja vio en un Dodge modelo 76 pintado de colores su hogar permanente.  Es probable que hayan sido sus ganas, y su profesión de diseñadores industriales lo que los ayudó a ver en la chatarra que era el Dodge cuando lo encontraron, la posibilidad de reconvertirlo en la casa que siempre quisieron. Y eso fue hace 5 años. Juntos llevaron la camioneta hasta un terreno que les cedió la familia de Ana y comenzaron la remodelación: lijaron la carrocería, la forraron con espuma de poliuretano, y un vecino los ayudó a recubrir el interior con madera el techo y las paredes.

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Así fue tomando forma un hogar de 20 m² que fue decorado por fuera por un artista de Bogotá a cambio de un tatuaje, que realiza Julián en el autobús escolar “El Dorado”, un Chevrolet del año 89 que llegó después de que se vieran en la necesidad de tener un estudio de trabajo.

 

 

 

Sin embargo, eso no es todo: a la casa le instalaron un techo para recolectar agua lluvia que filtran y usan para regar, cocinar y ducharse y paneles solares para aprovechar la energía generada por el sol.

Por lo que los tatuajes que hace Julián están hechos con esta energía. Aparte, por fuera de la casa, cuentan con baños secos ecológicos, cuyos residuos se usan de abono.

 

 

En la actualidad, la casa forma parte de “Proyecto San Antonio”, un laboratorio de arte y diseño en el campo, ubicado a 8 kilómetros de La Calera. Para ellos, el proyecto es una iniciativa que promueve un estilo de vida consciente y respetuoso con la naturaleza. Además, en “El Dorado”, Ana también pinta y exhibe. Es una verdadera galería de arte. La pareja ofrece voluntariados a cambio de hospedaje y comida, intercambiándolo por talleres, bioconstrucciones, y otras actividades.

 

“Llegamos en búsqueda de la libertad y el principio de la libertad es la responsabilidad. Mientras tú seas responsable de tus cosas, vas a poder ser libre. Si continúas tercerizando la salud, la comida, el baño, el agua, ahí te van a seguir enganchando. Apenas vamos satisfaciendo nuestras necesidades, en miras de ser libres. En poder tener hijos que crezcan bajo unos parámetros distintos, que sepan que vivir dentro de un bus es tan posible como habitar una ciudad”, señala Ana.

Al mirar a esta pareja se puede ver que están felices con el modo de vida que llevan, por eso, como dicen, “no son hippies, sino happies”. Cumplieron su sueño y son felices, qué gran ejemplo.


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