Angelica estaba en shock al momento de ser encontrada y estaba arrepentida de su decisión de haberse lanzado al mar. Lo que hizo fue debido a violencia intrafamiliar.
Unos pescadores colombianos no podían creer lo que veían a 3 kilómetros de la playa de Salgar en el océano Atlántico. Ellos estaban pescando cuendo vieron a una mujer que flotaba a la deriva. Ellos la subieron a su embarcación y la llevaron a tierra firme.
La mujer que fue rescatada fue identificada como Angélica Gaitán de 46 años, oriunda de Bogotá. La mujer cargaba una historia de violencia de la cual fue víctima por largo tiempo a manos de su ex pareja.
Angélica tiene dos hijas, pero había perdido todo contacto con su familia hace dos años. Ellos no sabían donde estaba hasta que los pescadores la encontraron en el mar.
La mujer presentaba signos de hipotermia tras intentar quitarse la vida debido a haber sufrido 20 años de violencia intrafamiliar por parte de su ex esposo. El hombre la aisló de sus familiares y amigos y por eso ella quiso terminar con su vida. Angélica flotó al menos unas 8 horas antes de que los pescadores la rescataran y ella fuese trasladada a un hospital.
Angélica dijo lamentar su decisión de lanzarse al mar y agradeció a Dios haber sobrevivido. Su historia habla de violencia y golpes que incluso recibía en medio de sus dos embarazos. Ella agregó que el sujeto la encerraba en la casa y no la dejaba ir al baño, teniendo que hacer sus necesidades en el jardín.
“El abuso comenzó en el primer embarazo, me golpeó, abusó violentamente de mí (…) En el segundo embarazo el abuso continuó y no pude alejarme de él porque las niñas eran pequeñas (…) Muchas veces lo denuncié pero la policía lo detuvo durante 24 horas y cuando estaba nuevamente en la casa, volvieron las agresiones”
–dijo Angélica Gaitán a RCN Radio–
Angélica contó que por 20 años recibió abusos por parte de su ex pareja quien le rompió la cara e intentó quitarle la vida en el 2018. Ella escapó y vagó por las calles durante 6 meses hasta que llegó a un refugio para mujeres violentadas, pero en el centro llamado Camino de Fe también sufrió acoso y maltrato.
Luego le quitaron las medidas de protección porque supuestamente su marido se había mudado de estado y la policía la sacó del refugio. En ese momento ella no quiso seguir viviendo, consiguió unos pasajes en barco y saltó de este.
“Nací de nuevo, gracias a Dios. Si hubiera tenido una oportunidad o una ayuda, no tomaría esa decisión. Ahora estoy muy agradecida” dijo la mujer. Su hija Alejandra Castiblanco y su hermana están recaudando dinero para llevarla a casa y cuidar de ella.
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