Sufrió Bullying En Su Infancia Y Hoy Cuenta Su Experiencia Para Apoyar A Otros Niños

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Muchos niños tienen la fortuna de tener una infancia feliz mientras la vida les va enseñando cómo funciona este mundo. Su mayor preocupación son sus juegos y divertirse, para otros, no todo ha sido muy sencillo.

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Así lo recuerda Keith Edmonds de Tennessee. Una noche cuando él era apenas un bebé, el novio de su madre se enojó porque no debaja de llorar y le puso un calentador eléctrico en la mitad de su rostro. Las quemaduras le dejaron cicatrices y un deformación para siempre.

Estuve un mes en el hospital y nadie sabía si lograría sobrevivir” contó en una entrevista.

A Edmon lo entregaron en una adopción temporal y el hombre que lo atacó fue condenado a 10 años de cárcel.

Edmond tuvo que pasar 18 años de su viva en tratamiento para quemaduras e intentando buscar cómo ocultar su  cicatrices y reconstruir su nariz. Al convertirse en adulto y debido al trauma emocional y al bullying que sufrió en la escuela, comenzó a abusar de las sustancias como el alcohol.

No tenía hogar pero logró graduarse con honores y fue el alumno más destacado de su clase.

Hay personas que llevan sus cicatrices por dentro y nadie las ve. Yo llevé las mías también por fuera“, confesó.

Al cumplir 35 años tocó fondo y decidió que era momento de dejar de hacerse daño por lo que decidió cambiar.

Quería ser alguien mejor

Fue un largo proceso para llegar a donde se encuentra ahora. Una de las cosas más difíciles ha sido dejar el alcohol y hacer algo positivo con su vida.

Edmond creó fundación sin fines de lucro llamada “Fundación Keith Edmonds”. Acá ayudan a otras víctimas de abuso infantil y se le ofrece a niños y adolescentes algunos programas que les permiten poder expresarse y buscar confianza y seguridad en ellos mismos a pesar de lo vivido.

Hay dos programadas llamados “Mochilas de Amor” y “Campamento de Confianza” que están diseñados para ayudar a las víctimas de abuso como el que sufrió Edmond.

En el primero, la fundación ofrece mochilas, cobijas, lámparas y libros a aquellos niños que tienen que irse a casas de acogida.

Les ayuda un mejor pasar durante los primeros días en la casa que los albergará por un tiempo. Igualmente sirve para romper el hielo con la gente que los recibe ya que se hace más fácil iniciar una conversación de lo que llevan en la mochila. Funciona para que los niños sepan que hay alguien que se preocupa por ellos y que algo les pertenece”, comentó una de las voluntarias, Elaine Spencer.

El segundo programa  se trata de pasar un día de verano en la Universidad Cumberland para apoyar a los niños abusados a través de conferencias que entregan algunos sobrevivientes. Además, hay un espacio para ayudarles a resolver sus problemas y se conviertan en lo que realmente son, niños.

No podemos entrar en sus vidas e irnos como si nada. Somos esas personas a las que puedes acudir cuando más lo necesitas. Queremos generar un impacto duradero y no solo una experiencia de un día“.

Conocer la historia de Edmond hace que los niños sienten confianza para contarle sus problemas y se identifiquen con él.

El objetivo de Edmond es buscar que las personas perdonen de alguna forma a quien abusó de ellos al igual que él lo hizo. Una vez que lo consigues, encuentras tu libertad.


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