Esto Es Lo Que Todas Las Madres Deben Enseñarle A Sus Hijas

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El mundo y la sociedad evolucionan, cambian los paradigmas y ello supone desafíos para las madres. Hay una serie de aprendizajes y lecciones que debes enseñarle sin falta a tus hijas. Graba valores, metas y principios en aquellas pequeñas que son las mujeres del mañana.

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Quizás no eres la mejor madre del mundo, pero sí la mejor mamá que tus hijas pudieron tener. Claro que cometerás errores y aprenderás a fuerza de golpes. Conforme pasa el tiempo sabrás si lo has hecho bien cuando veas a tus hijas emocionalmente fuertes e independientes. Asegúrate de haber sembrado en ellas las mejores enseñanzas, porque ellas mismas tendrán la fortaleza de cosechar los mejores frutos. Descubre todo lo que debes enseñar sin falta a tus hijas.

La vida algunas veces puede arder o doler. No todo es color de rosa, ni tiene un final feliz. Lo esencial es, sin embargo, aprender a vivirla intensamente. Transitar cada día con la certeza de tener en las manos una nueva oportunidad. Disfrutar todo amanecer como si fuera el último. Por eso, lo que debes enseñar a tu hija es a no huir de sus miedos, sino a darles pelea. Ayúdala desde pequeña a tomar sus propias decisiones y a responsabilizarse por cada acto. Asumir consecuencias y entusiasmarse con la vida. Aferrándose a lo bueno que ofrece y aceptando también lo malo.

Que nunca se someta y esté al endiente de la aprobación de un tercero. Tu hija llegó al mundo para ser feliz, no para consentir a los demás. Transfiere la inmensa satisfacción de aceptarse tal cual es. Amarse con virtudes y defectos. No idealizar ni perseguir figuras o ideales que poco le sirven. Debes enseñarle a ser fiel a sí misma y jamás engañarse. Mostrarse tal como es, sin necesidad de fingir ni impostar personalidades ajenas. No olvides que tu hija debe aprender a atesorar el crédito de sus logros personales. Transmite a tu pequeña el valor de su propia intuición. Que siempre siga su instinto y se deje guiar por su corazonada que no falla.

 

No necesita depender de absolutamente nadie, ni de ti. Ella debe demarcar su propio camino a recorrer. Si confunde el camino, debe tener el don de retomar por otra ruta, pero no abandonar el viaje. Debes enseñar sin falta a tus hijas a pedir ayuda cuando la necesitan. También a ser agradecidas con esa mano tendida. Que aprenda a expresar necesidades y carencia. Pero también a sostener con tenacidad sus propias creencias y convicciones.

Contagia una pasión que la abrace y acompañe hasta su último día de vida. Explícale cómo planear su futuro, con los pies fijos en el presente. Afila pacientemente su tolerancia a los cambios que se suceden una y otra vez en la vida. Lo que además debes enseñar a tus niñas es asumir valientemente riesgos. Que no ose a perder nada por miedo a perderlo todo. Que tu hija no tome esa injusta manía de absorber responsabilidades ajenas, ni culpas absurdamente infundadas.

Permite que vaya por la vida luciendo esa bella y única sonrisa que tiene. Incluso, habilita sus carcajadas en plena calle, sin razón aparente. A gritar todas las verdades que domine, a compartir su felicidad con quien quiera. Lo que debes enseñar a tu hija es a disfrutar del amor, sin limitaciones y libre de prejuicios. A entregarse a su inmensa fuerza siempre que sea mutuo. Que aprenda a ser totalmente consciente de sus sentimientos, pueda dominarlos y actuar en consecuencia.

 

Una buena enseñanza es que a veces hay desencuentros, pero el encuentro de almas genera luz. De las personas tóxicas siempre se huye y de los fracasos también se puede aprender. Disfruta de lo efímero de algunas relaciones y de la perpetuidad de los genuino. Enseña a tu hija a ser la mejor amiga de ella misma. Sin amor propio, no hay nada. Sin inteligencia emocional, menos aún. Conocerse y amarse a sí misma, para hacer lo propio con el entorno.

Ser capaz de establecer limites, aunque cueste y emprender como desafío el sostenerlos con el tiempo. Pero por sobre todas las cosas, madre, hay algo que debes enseñar a tus hijas, desde muy corta edad tienen que aprender a no idealizar ni idolatrar a nadie. Ni familiares, ni amigos, ni a sus padres. Que comprenda que todos somos seres grises, llenos de matices. Y ella también.


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