Este Bebé Divide Al Mundo: Los Tribunales Ingleses Decidieron Desconectarlo, Pero Italia Cree Poder Salvarlo

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Tom Evans y Kate James, de 21 y 20 años respectivamente, son una joven pareja inglesa que el 9 de mayo del 2016 tuvieron a Alfie Evans, un niño que nació completamente sano. Lamentablemente a los 7 meses de edad le diagnosticaron una extraña enfermedad neurológica degenerativa y desde ese momento, está conectado a máquinas en el Hospital Hey de Liverpool.

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Los médicos consideran que su caso es “irreversible” y mientras tanto no ha podido dejar su dependencia a la respiración artificial ni a la alimentación asistida.

La joven pareja es sumamente religiosa y han acompañado a su hijo en todo el proceso, asegurando que algo lo va a poder ayudar. Según ellos, existen algunos tratamientos experimentales en Italia que podrían probar en su hijo para mejorar su estado de salud, de hecho creen que lo mejor sería trasladarlo al hospital Bambino Gesú, una institución prestigiosa gestionada por el Vaticano, quienes han demostrado gran interés en internar a Alfie en sus unidades de cuidados.

Por otro lado los tribunales británicos creen que los más humano que pueden hacer por el pequeño es desconectarlo y terminar su tratamiento médico, ya que la calidad de irreversible de su condición degenerativa no ha arrojado buenos pronósticos y mantenerlo conectado a las máquinas solo le ha causado un dolor innecesario.

El tribunal de Apelaciones, el Tribunal de Casación y la Corte Suprema consideran que no es posible reconsiderar el caso. Los resultados de todos los exámenes que le siguen haciendo son desalentadores y lo único que puede sentir Alfie por el momento, es dolor.

El escrito judicial, que decide el futuro del pequeño, asegura que no hay ninguna esperanza de que su condición vaya a cambiar o mejorar:

“Alfie parece un bebé normal, pero la opinión unánime de los médicos que lo han examinado y han visto los escáneres que se les han hecho es que prácticamente la totalidad de su cerebro ha sido destruido. Nadie sabe por qué.

[Su dolencia] significa que Alfie no puede respirar, comer ni beber sin un tratamiento médico sofisticado”.

Independiente de los resultados de los exámenes y de la condición en la que se encontraba Alfie en ese momento, sus padres, sumamente religiosos, estaban convencidos de que Alfie podía mejorar. Incluso el Papa Francisco había pedido al pueblo católico de Inglaterra que ore por el pequeño, además de recibir al padre para bendecirlo y otorgarle la calma celestial.  

Pero los tribunales de Inglaterra, siendo un estado laico, no tomaron en cuenta estos llamados religiosos y la noche del lunes fue desconectado Alfie de las máquinas de respiración artificial. Según los médicos no podría sobrevivir más de unos minutos, así que esperaron a su lado para ver qué sucedía.

Cuando ya llevaba algunas horas respirando por si solo, Italia le dio la nacionalidad, para poder trasladarlo a Roma y seguir un tratamiento. Su padre conversó por 40 minutos con los médicos para que volvieran asistir a su hijo y a las 6 horas de haber sido desconectado, nuevamente le dieron darle oxígeno y agua a través de las máquinas.

Ahora que el pequeño tenía doble nacionalidad su traslado sería, según todos, solo una operación burocrática.

Entonces el caso volvió a presentarse en el Tribunal superior de Manchester, sin embargo el juez Anthony Hayden denegó la oportunidad de trasladarlo a Italia, ya que no había sentido en alargar su sufrimiento y seguir manteniéndolo con vida. Solo le ofreció a los padres llevarlo a casa para pasar las últimas horas con su pequeño.

El abogado de Tom y Kate, intentó convencer al magistrado asegurándole que había un avión disponible y un equipo médico para trasladar al pequeño al hospital pediátrico Bambino Gesú, en Roma y que sería atendido por lo mejores médicos, todo gestionado por el Vaticano, por lo que no habría problemas de dinero.

Hayden dio su última palabra, apegándose a la decisión de los tribunales:

“Esto representa el capítulo final en el caso de este extraordinario niño”.   

Además, según los informes médicos, el cerebro de Alfie ya no tenía sensibilidad, no podía ver, oír, sentido del gusto ni del tacto, era tan solo un pequeño cuerpo dañado y según los tribunales, eso no cambiaría con el tratamiento.

Tom aseguró, luego de la resolución, que los médicos estaban equivocados, ya que quedaron muy sorprendidos al percatarse de que Alfie podía respirar por sí solo, además él está seguro de que su hijo no está sufriendo en su estado actual.

El portavoz del hospital, por su parte aseguró que no seguirían divulgando más información sobre el estado del pequeño, por respeto a la familia.

Incluso Dominic Wilkinson, el director de Ética Médica en el centro Uehiro de la Universidad de Oxford, fue consultado sobre le caso y aseguró que el hecho de que Alfie haya podido respirar por sí mismo no tenía que ver con alguna “teoría milagrosa”, ni tampoco que los médicos estuviesen equivocados.

“La razón para detener las máquinas de respiración es simplemente que su grave condición no es tratable y no va a mejorar”.

– Wilkinson

Pavel Stroilov, uno de los referentes más importantes de la organización cristiana Christian Legal Centre, que además trabaja representando a la familia de Alfie, afirma que aún quedan esperanzas. De hecho relató que el embajador italiano se contactó con el tribunal inglés para solicitar personalmente el traslado a Italia, permitiendo que este país intervenga en el caso.

Ahora existen dos opiniones totalmente divididas sobre el estado de salud y el futuro de la vida del pequeño, hay quienes piensan que debería dejar las máquinas y dejar esta vida para dejar de sufrir, pero hay otros que creen que podría mejorar milagrosamente y llegar a ser un niño sin complicaciones.


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