Corría el año 2014, cuando se viralizó una imagen que alertó a las personas del condado de Guilford en Greensboro, Carolina del norte. La captura mostraba un perro atado a un árbol con un cable, pero no estaba solo, ya que se podía ver que los rodeaban los buitres. El pequeño can estaba aterrado dentro de una caseta de plástico.
Lilo, el pitbull estaba rodeado de buitres, que son aves que a menudo son relacionados con oscuridad y perdición, esta vez lograron algo que los saca de aquella imagen. Posteriormente, varias personas llamaron al Control de Animales del condado quienes se lo llevaron al refugio para cuidarlo, allá descubrieron que tenía solo 8 meses.
El perro se encontraba en evidente mal estado, tenía costras en su piel y orejas, llagas en la cola y estaba desnutrido. “No estaba al borde de la muerte, pero no gozaba de buena salud”, dijo en su cuenta de Facebook, Laura Gonzo, voluntaria de la Fundación Merit Pit Bull.
Theresa Burns, publicó la fotografía con la historia de Lilo en su cuenta de Facebook, detallando que sus últimos dueños notificaron que los buitres comenzaron a llegar después de Navidad “y aún así dejaron afuera a este pequeño angelito dulce, sin importarle lo que le sucediera. También dijeron que iban a reclamarla, pero gracias a Dios eso no sucedió”, escribió.
Gracias a la fotografía que tenía buitres, el destino de Lilo dio un vuelco grandioso e inesperado. Sus dueños nunca lo fueron a buscar, pero personas que querían que fuera parte de su familia lo adoptaron. Sus heridas se sanaron y subió de peso.
Ahora Lilo luce realmente feliz y saludable:
En Instagram es muy famoso.
Esta fotografía hizo que el destino de Lilo cambiara para siempre y los buitres ayudaron a que se hiciera viral y encontrara una familia.
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