Tío Con Depresión Dona Hígado A Sobrino Que Necesitaba Un Transplante, Y Esto Cambia La Vida De Ambos

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Brooks Campbell tuvo una falla hepática y necesitaba un donante urgente. Como no había nadie que lo donase, su tío Grant, que en ese momento sufría de depresión, encontró la donación de hígado para su sobrino un motivo para su vida y ahora ambos comparten este hermoso vínculo.

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En esta historia no sólo se salvó la vida de Brooks, sino también la de su tío Grant.

Matt y Andrea Campbell son padres de Brooks. Ninguno de ellos era compatible para ser donante de su hijo y el tiempo se agotaba y no encontraban a un donante adecuado.

La pesadilla de esta familia estadounidense comenzó el 6 de noviembre cuando vieron que los ojos de Brooks estaban completamente amarillos. Lo llevaron al pediatra, quien lo derivó a urgencias.

Al día siguiente el niño fue trasladado al hospital por insuficiencia hepática aguda, siendo revisado por el doctor Koji Hashimoto, quien se especializa en donantes vivos. Matt y Andrea pasaron las pruebas, pero fueron rechazados y el tiempo cada vez era menos.

Los padres de Brooks avisaron a toda su familia de la situación así como a todo a quien conocieran para salvar a su hijo cuando de pronto apareció una alternativa: el hermano menor de Matt, Grant Campbell podría cambiar todo.

Grant se había mudado a Texas para iniciar un negocio que fracasó, terminó la relación con su novia y así fue como entro en una depresión de la que no hallaba salida.

“Me sentí inútil como hombre y me sentí solo, sin amor porque no estaba hablando con nadie sobre esto. Simplemente entré en aislamiento. Y luego, a fines de enero, comencé a tener pensamientos suicidas y pensé en quitarme la vida”.

–Grant Campbell a Today

La llamada de su hermano mayor, vino a cambiar su vida. Grant le habló a Matt de lo duro que estaba viviendo y le confesó que estuvo a punto de terminar con su vida y que aún no encontraba un propósito para vivir. Su hermano lo miró a los ojos, tomó su brazalete y le dijo: “Aquí está tu propósito”.

Grant sintió que su hermano le confiaba la salvación de su hijo y tras el examen de compatibilidad, el hombre que viajó desde Texas, estaba en una camilla para ser el donante que salvaría su sobrino.

Tras la cirugía, Grant vio que él y su sobrino tenían la misma cicatriz y así fue como su mente encontró paz. En ese momento supo que si 10 meses antes hubiese terminado con su vida, no habría salvado la de Brooks y agradeció por no haberlo hecho.

Grant visita a Brooks siempre que puede ya que sabe que el niño hizo por él más de lo que el pequeño puede llegar a imaginarse. Matt y Andrea, en tanto, están felices y esperan que la vida de Brooks y su tío sigan unidas para siempre.


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