Sebastião Duque tiene 66 años y en 1998 casi muere, pero al salvarse de aquello quiso ayudar a los más necesitados.
A veces quienes menos poseen son quienes más ayudan a otros como en el caso de un recolector de reciclaje del barrio Rio Doce de Olinda en Brasil.
Sebastião Duque de 66 años separa residuos de reciclaje y con ello obtiene dinero que usa para el financiamiento de una escuela para niños vulnerables, según indica Razoes para Acreditar.
La escuela que tiene dos profesores se llama nueva Esperanza y ya ha podido dar educación a 40 niños de 2 a 6 años. Antes esta escuela tenía capacidad para 100 alumnos, pero debido a la pandemia el aforo se redujo.
Sebastião decidió ayudar a su comunidad luego de vivir duros momentos como el que en 1998 casi le cuesta la vida al ser asaltado y acuchillado en la calle.
En 2014 comenzó a construir viviendas con cemento y ladrillo que recolectaba y tras levantar más de 30 casas para sus vecinos comenzó a construir la escuela que ha sido mantenida con los ingresos que le daba el ser recolector de reciclaje.
Sebastião dice que esta obra no es suya, sino de un grupo de gente: “La gente cree que hago todo, pero no lo hago. Nosotros somos los que lo hacemos. Todos compartiendo, uniéndonos, dando una mano, nos hacemos más grandes“, explicó.
Este hombre piensa seguir ayudando a su comunidad y manteniendo esta escuela: “Al final de mi vida, lo que quiero es un amigo más cercano a mí. Mientras pueda, y la gente me ayude, todos los años entregaré una casa a quien la necesite“, cerró.
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