Lo Difícil De Ser Niño En Un Mundo Lleno De Gente Sin Tiempo Ni Paciencia

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La rutina, las responsabilidades, las obligaciones y el cansancio puede agotar a los padres que luego de un largo día de trabajo debe lidiar con la inagotable energía de los niños.

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Pequeños curiosos y llenos de ganas por descubrir el mundo y sus propias habilidades son catalogados como difíciles de educar y criar. Sin embargo, la responsabilidad no es de los niños, sino de los adultos.

Un adulto agotado física, mental y emocionalmente desea un momento de descanso y tranquilidad, lo que no se logra tan fácilmente con la presencia de niños en el hogar, ya que naturalmente buscan la atención y cariño de los padres.

De esta manera son vistos y catalogados como niños inquietos, ruidosos y emotivos, características que para muchos padres agotados representa un aspecto difícil con el cual lidiar.

Los padres solo desean llegar a su hogar a relajarse y despejarse luego de un abrumador día laboral, pero los niños los esperan ansiosos por contarle sus aventuras, aprendizajes y experiencias durante el día. Los pequeños necesitan ese momento de conexión, pero los padres agotados no empatizan ni intentan comprender que sus hijos no son el problema.

Los niños corren, gritan y juegan creando aventuras dentro de su imaginación, todo esto lo intentan compartir con sus padres para entretenerse juntos, pero para un padre agobiado esto representa una pesadilla en su vida.

Por ello es sumamente importante que los padres reconozcan su responsabilidad en estas situaciones y no cataloguen a sus hijos como difíciles de criar, sino que se autoevaluen y descubran que son ellos los que no tienen la energía ni la motivación necesaria para lidiar y jugar con sus pequeños.

Los niños solo buscan amor y cariño por parte de sus padres, pero muchos adultos no lo ven de ese modo y solo los culpan, sin darse cuenta de su propia responsabilidad en la situación.


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