Leyes Vitales: Vivir Sin Aparentar, Amar Sin Ser Dependiente Y Hablar Sin Ofender A Nadie

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Toda ley de vida debe partir del respeto y la ética con los demás.

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Las leyes de la vida las marca uno cuando te das cuenta de los límites, el respeto y la convivencia con los demás. Eso es lo que da la armonía entre unos y otros. Aquí hablaremos de tres aspectos de la vida que te serán de ayuda.

Leyes de la vida

Hay cosas que vamos aprendiendo en base a equivocaciones, observación y deducciones. A través de ello conocemos la felicidad y también el dolor.

Mario Benedetti decía en uno de sus poemas que podemos lamentarnos de todo, que podemos sufrir porque las rosas tienen espinas y porque hay tormenta.

Si queremos sufrir, entonces sufriremos, pero un corazón humilde agradecerá que estamos vivos y que las rosas tienen espinas ,pues eso también las hace bellas.

El equilibrio de nuestro día a día está en nuestra actitud. Las leyes de la vida nos permitirán ser feliz.

Vive sin aparentar

Debemos aprender a vivir lejos de las apariencias ya que nuestro mundo se sustenta mucho en la falsedad y el marketing guía nuestras acciones cotidianas.

La publicidad, la moda y la tv se sustentan en apariencias falsas que muchos quieren imitar o alcanzar.

Algo que no vemos a menudo en nuestro entorno es la autenticidad.

¿Qué esconde la necesidad de aparentar?

La humildad, la expresión de uno tal y como es es un valor en retroceso en el que debemos invertir. Las apariencias camuflan procesos psicológicos que debemos conocer:

Baja autoestima e inseguridad ya que tememos no ser aceptados si nos mostramos tal cual somos.

Necesitamos ser validados. Las falsas apariencias nos hacen creer que así seremos aceptados socialmente.

La falsedad camufla una falsa identidad que es solapada para conseguir interés. Por ejemplo, si uno se muestra amable ganaremos confianza de la otra persona y obtendremos algo a cambio.

Amar sin depender de nadie

Otra ley fundamental de la vida tiene que ver con el amor y es que el amor no gana nada si es dependiente.

Cuidado si en una relación dependes del otro porque puede convertirte en una sombra de quien amas y esto nos lleva a sentirnos frustrados.

La dependencia afectiva genera infelicidad y en algún momento aparecerá la depresión.

Lo primero que debemos hacer es amarnos a nosotros mismos.

La sociedad y nuestra familia nos recuerdan que el amor todo lo vale y que si amas a alguien, serás capaz de darle tu último aliento.

Aunque hay muchos tipos de amor, nunca debemos de renunciar a nosotros mismos, aunque al frente tengamos a nuestra pareja o a nuestros hijos.

Renunciar a nosotros significa no dar lo mejor de sí mismos a los demás ya que alguien con una autoestima baja no está al 100% en cuanto a energía vital,, psíquica ni afectiva.

Creemos amor, pero sin ser sumisos. Debemos ser arquitectos de relaciones saludable, no dependientes.

Hablar sin ofender

Eric Berne fue el padre del “Análisis Transaccional” que nos lleva a hablar de esta tercera ley de vida. Su enfoque psicológico nos enseña que nosotros construimos nuestra identidad y autoestima en base a cosas determinadas. Las transacciones o intercambios afectivos y sociales nos educan.

Cuando nos cargamos de ofensas encubiertas, con ironías o desprecios, ofrecemos según Eric Berne, caricias emocionales negativas.

Este tipo de caricias son más dañinas que un golpe a que es una vulneración a las personas que muchos ejercen sin darse cuenta.

Algunos en vez de hablar, gritan o desprecian y hay quiene hace bromas pensando que con eso puede generar agrado, aunque sólo daña.

Debemos cuidar nuestro lenguaje y tono. Debemos elegir bien las palabras para dar caricias emocionales positivas y debemos invertir en convivencia y respeto.


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