14 Veces En Las Que La Genética Se Salió De Control Con Resultados Geniales

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Existen ocasiones en las que la genética nos ha sorprendido de sobremanera, ya que las combinaciones de los genes de nuestros antepasados pueden dar lugar a auténticas maravillas.

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El color de los ojos, de la piel o del pelo no siempre son exactamente lo que se esperaba en nosotros, pues, como se sabe, somos el resultado de la suma de los genes de nuestros padres y de todo lo que ellos han heredado de los suyos, etc. En esta nota vamos a ver 14 casos en los que la genética decidió hacer magia y dio lugar a resultados difíciles de creer.

Aunque no lo creas, estas chicas son mellizas: Lucy y Maria Aymler son hijas de un padre blanco y una madre negra, y al parecer los genes decidieron no mezclarse.

 

Este joven tiene una ceja blanca debido a la poliosis, un trastorno genético que provoca que salgan canas en mechones sueltos, pestañas o barba

 

No es albino ni melanesio, este joven simplemente tiene el pelo y los ojos claros y la piel oscura

 

Mitad asiática, mitad europea y pelirroja, qué gran mezcla.

 

De tal palo, tal… ¿qué?

 

Se llama heterocromía sectorial y es preciosa

 

Dos amigos comparten manchas de nacimiento iguales pero en negativo.

 

Otro caso de poliosis aún más original

 

Esta es la familia de albinos más grande y orgullosa del mundo

 

De padre anglosajón y madre argentina, estas dos hermanas solo comparte parecido en su estructura ósea

 

Los pelirrojos ya son una “rareza” estadística, pero esta chica tiene además heterocromía

 

Las distiquiasis causa que las pestañas nazcan en zonas poco habituales del párpado. Puede ser un verdadero problema, pero esta mujer tuvo la suerte de tener dos filas perfectas que tienen como resultado estos hermosos ojos.

 

Una pareja que comparte lunar en el mismo lugar

 

Gemelas casadas con gemelos que han tenido gemelos.

La genética hace de las suyas, ya lo hemos comprobado y eso sólo nos deja claro una vez más que la naturaleza siempre puede salirse por la tangente sacando a relucir un gen recóndito que nos condene de por vida a que nos digan que somos adoptados.


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