Muchas veces, la naturaleza nos da lecciones de humanidad. Y ésta es una de esas ocasiones, pues tenemos el ejemplo de dos animales de especies distintas que se han convertido en mejores amigos e incluso una familia.
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Goliat es una gigantesca tortuga de 40 kilogramos de peso que fue adoptada por Andrea, una amante de los animales que hasta entonces sólo había tenido perros y gatos. Desde el comienzo, la mujer notó que Goliat era bastante sociable para ser una tortuga, pues cuando salía al patio solía seguirla y buscaba sus caricias,
Pero la sorpresa mayúscula vino cuando Andrea adoptó a tres cachorros abandonados.
Casi instantáneamente, los tres perritos y Goliat se volvieron mejores amigos. A Andrea se le hizo costumbre verlos acurrucados al lado de la amable tortuga y su gigante caparazón.
Es una singular y tierna amistad como muchas que el mundo animal nos ha regalado. Estos cuatro hermanitos comen juntos, juegan unidos y Goliat incluso les da paseos a sus hermanos perrunos encima de su caparazón.
En este video puedes ver más detalles de esta tierna y única amistad, que puede parecer tan insólita como emocionante:
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