Las Madres También Sufren De Desgaste Emocional Y A Menudo Lloran

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Ser una súper madre que aguanta todo y tiene una paciencia infinita a menudo trae más problemas que beneficios. Estas mujeres llegan al límite y terminan reventando de forma mucho más explosiva, es ahí cuando muchas de ellas se derrumban y van a llorar a escondidas. Cuando lo hacen, es porque el cansancio es tan abrumador que sólo ene se minuto alcanzan a ver la realidad de sus agotadoras vidas. Las madres necesitan un instante a solas y no lo asumen.

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Si alguna vez te ha pasado todo lo descrito, no te preocupes ni pienses que estás rozando el abismo de una depresión ni al bode de la locura. El estrés que conlleva la crianza de uno o más hijos se combina a veces con otros factores para llevarnos a situaciones límite donde es necesario detenernos, desahogar y reciclar algunos pensamientos, algunas emociones.

A pesar de que estamos hablando de mamás,  tenemos claro que también los padres viven esta misma situación. Es más, aunque no lo creas, estos instantes vitales tienen su parte de utilidad e incluso de beneficio. Todos aspiramos en ocasiones a ser la mejor madre, a ser el mejor padre controlando cada aspecto y dando siempre lo mejor de nosotros mismos.

Es muy complejo mantener tal nivel de autoexigencia todos los días. Llegar al límite es darse cuenta de que aunque nuestra prioridad son los niños, debemos atendernos. Ya que no serás una mala madre si te das media hora de descanso, y nadie, absolutamente nadie, tiene derecho a criticar el que te atiendas, te cuides y te mimes a ti mismo/a. Porque solo así darás lo mejor de ti a tus hijos. Te proponemos reflexionar sobre ello.

El cansancio físico y  emocional

El sentir cansancio no es sinónimo de estar cansados de nuestros hijos., pues decir “no puedo más” no es motivo de censura ni de debilidad. Existen veces en que el propio remordimiento por sentirnos así en un momento dado es mucho peor que ese agotamiento físico y mental. Por eso es necesario que entendamos y racionalicemos algunos aspectos básicos.

Tenemos que cambiar algunos pequeños esquemas.

A continuación , te vamos a explicar que llorar es necesario y cuidarnos también. Por eso es necesario entender en primer lugar que no es necesario ni recomendable ser “la madre o el padre perfecto”, lo esencial es saber ESTAR en cada momento en que nuestros niños nos necesiten. De ahí, que valga la pena reflexionar unos instantes en estas dimensiones.

Cuando se trata de educar y atender un niño cada día va a ser diferente y va a requerir de ti nuevos aspectos. Asúmelos con calma y no anticipes peligros ni preocupaciones. Vive el presente, el aquí y ahora con tus hijos.
Nada te va a suceder si lloras o incluso si tus hijos te ven a hacerlo. Coméntales que “mamá necesita un instante”, que todos necesitamos llorar de vez en cuando para luego “ser más fuertes”. El desahogo emocional es bueno.
No pongas sobre tus espaldas todas las responsabilidades, miedos, presiones y dudas. Comparte con tu pareja, con tu familia, consulta dudas con tu pediatra cualquier duda o preocupación sobre los más pequeños.
Nunca olvides que tienes todo e derecho a disfrutar de tus instantes de ocio, de relax y de intimidad. Hacerlo no te convertirá en una “mala madre” por permitirte una hora o dos al día para ti sola.

Por favor, te instamos a buscar apoyo en tu grupo de amistades y con otras mamás. Así podrán compartir experiencias y descubrirás que, efectivamente, no eres la única que llora a escondidas, que se siente agotada y que tiene dudas.

Es un un proceso perfectamente normal que nos invita también a tomar conciencia de nosotras mismas para mejorar.  Ye invitamos a disfrutar de esta aventura que es ser madre,  pero nunca te descuides a ti misma, ya que eres lo más importante para tus hijos y debes estar fuerte para ellos.


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