Neuronas Intactas Son Descubiertas En Hombre De 20 Años Que Murió En Erupción Del Vesubio

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Fueron científicos italianos los que encontraron un cerebro vitrificado con neuronas ‘perfectamente conservadas’ de un hombre que murió en la erupción del Vesubio.

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La erupción del Vesubio en el año 79 es una de las más violentas del mundo.

Los restos de gente que buscó esconderse y que murieron en los flujos piroclásticos o sepultados bajo piedras y cenizas hicieron de Pompeya y Herculano, ciudades conocidas por la tragedia.

Un equipo italiano de arqueólogos, biólogos, genetistas y forenses encontraron un cerebro con neuronas bien conservadas que datan de hace más de 2 mil años.

El descubrimiento fue hecho dentro de un cráneo carbonizado y con grietas que al parecer pertenecía a un hombre de 20 años encontrado en el Collegium Augustalium de Herculano, construcción donde se rendía culto al emperador Augusto.

El cuerpo fue encontrado bajo una cama de madera, entre ceniza volcánica. El cuerpo estaba boca abajo y al parecer era de un guardián del edificio. Hasta ahora no se había descubierto material orgánico al interior de su cráneo.

Las estructuras neuronales permanecieron intactas por dos milenios debido a la vitrificación de la víctima luego de la erupción, proceso que requiere de altas temperaturas y de un cambio brusco, similar a lo que se hace para formar vidrio:

“El extraordinario descubrimiento de estructuras neuronales perfectamente conservadas fue posible gracias a la conversión de tejido humano en vidrio, que da claras indicaciones del rápido enfriamiento de las calientes cenizas volcánicas que impactaron en Herculano al comienzo de la erupción.

Los resultados de nuestro estudio muestran que el proceso de vitrificación único inducido por la erupción congeló las estructuras celulares del sistema nervioso central de esta víctima, conservándolas intactas hasta el día de hoy”, explica Guido Giordano, profesor de Vulcanología en la Universidad de Roma III en un comunicado.

Este descubrimiento ayudará a entender lo que ocurrió la madrugada del 24 de octubre del año 79, las técnicas de preservación de restos y tejidos humanos en condiciones que parecían imposibles.


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