El Gobierno estadounidense ha separado a los hijos de padres indocumentados y son enviados a hogares de acogida.
Y Trump tiene muy claro lo que quiere. Su país libre de inmigrantes indocumentados. Y esa obsesión, los inmigrantes son casi un peligro a sus ojos. Según él traen consigo el narcotráfico, la delincuencia, la pobreza, y el desequilibrio del mercado laboral. Por lo tanto, no deben tener ninguna opción.
Entonces, si esa es su lógica, no parece extraño que haya ideado el famoso muro que separe la frontera de los Estados Unidos con la de México. Para él , se ahorraría muchos problemas ya que de otra forma llegan camiones llenos de indocumentados con sus vicios.
El problema de los niños
Nadie duda que son muchas familias mexicanas que deciden viajar hasta los Estados Unidos en búsqueda de mejores oportunidades para sus vidas. Cruzan la frontera, pero algunos lo logran, otros no. Todo dependerá de su situación legal al momento de ser descubiertos.
La idea del muro no está totalmente financiado, pero Trump ya ha visto algunos prototipos de la estructura que quiere alzar por toda la frontera de Estados Unidos con México.
Sin embargo, el presidente hizo una promesa y es la de colocar a oficiales del ejército armado en la frontera por mientras. No habrá compasión para los inmigrantes ni sus familias ya que los soldados tienen la orden de presentar cargos delictivos a cualquier persona que esté cruzando ilegalmente de México a los Estados Unidos. Eso incluye a los que estén escapando para solicitar asilo.
Esta decisión ha afectado a los participantes más activos de la migración, los adultos, sino también a sus hijos. Las familias que cruzan sin papeles y haya un niño con ellos, son detenidas sin ningún tipo de consideración y el menor se les es arrebatado. Como no se les puede poner cargos y tampoco ser llevados a la cárcel junto a sus padres, el estado entonces los considerar “menores no acompañados” y el gobierno se debe hacer cargo de ellos.
Son llevados a casas de acogida con el problema que no conocen a nadie más y menos manejan el idioma. Deben esperar ahí hasta que sus padres regularicen su situación. Se supone que no debe durar muchos días, pero se puede extender durante todo el tiempo que dure el juicio.
Según el Gobierno, hay unos 700 menores que han sido separados de sus padres desde octubre del año pasado hasta mayo de este año. Pero la cifra aumentó. Según datos que se manejan, en 13 días (entre el 6 y el 19 de mayo), 638 adultos fueron detenidos cruzando ilegalmente la frontera y estos iban con unos 658 menores.
Además acusa a ese partido de proteger a las violentas bandas salvadoreñas que han llegado al país a delinquir, y eso fue aprovechado por Trump para volver a pedir fondos para construir el muro.
Pero nadie se sorprende con el presidente y sus mentiras. Justamente fue su gobierno quien tomó la decisión de perseguir a los inmigrantes. Así lo recordó el fiscal general Jeff Sessions cuando señaló que existe una persecución judicial del 100% en la frontera. Su cruda y triste advertencia decía:
“Si no quiere ser separado de su hijo, entonces no los traiga ilegalmente a la frontera. No es nuestra culpa que alguien haga eso”.
Según Mark Meadows, un gran aliado de Trump, existe un gran riesgo de que los adultos que viajan con esos niños no sean en realidad sus padres. Argumento que fue derribado por congresistas, tanto demócratas como republicanos, y que hace ver que Trump ya no tiene representación en el Congreso, sobre todo si se trata de una ley que busca separar a las familias.
La ley
Pero esta ley se basaría en una ley del 2008 pero la diferencia es que su objetivo era luchar contra el tráfico de menores. Esta señala que los menores que viajaban solos, y no eran de México ni Canadá, debían ser liberados del modo “menos restrictivo” posible mientras su causa entraba en el tribunal migratorio. Por eso, ahora se apoya en eso y el gobierno actual envía a los menores a hogares de acogidas. Pueden actuar tutores inscritos en un programa gubernamental o familiares que vivan dentro del país.
Pero se está obviando el hecho de que los menores puedan no asistir a las citas judiciales, o que los funcionarios del Estado no puedan encontrar a los tutores que tendrían bajo su cargo a los menores.
De hecho, hace unos días, el Departamento de Salud y Servicios Humanos señaló que se había perdido el rastro a 1.475 menores de edad que fueron entregados a familias de acogida porque no se habrían podido contactar con los tutores.
Con esta información, la ciudadanía y el mismo Congreso alzaron la voz contra el gobierno. Ya separó a las familias que llegaban a los Estados Unidos buscando una mejor futuro, ahora envía a los menores con personas desconocidos a lugares indeterminados y no pueden ser encontrados.
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