Docenas De Ciudades Japonesas Se Desconectan De La Red Por La Revolución Energética Silenciosa

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Luego del terremoto de 8,9 grados y tsunami que sacudió el noroeste de Japón, comenzó una auténtica revolución en el país, la de la soberanía energética de cada vez más ciudades. No se resignan a quedar a merced de la suerte si una nueva catástrofe golpeara de nuevo como lo hizo aquel 11 de marzo de 2011.

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Higashi Matsushima, una ciudad costera que no pudo evitar las sacudidas de aquel día, es una de las que señalan el camino activado por decenas de poblaciones niponas. La reconstrucción de la infraestructura energética para pasar de la dependencia externa a la independencia, al menos parcial. Ya que por el momento se estima que esta ciudad de la prefectura de Miyagi ha creado el ecosistema necesario para cubrir por sus propios medios las necesidades energéticas de un cuarto de su población, alrededor de 40.000 habitantes.

Para ellos se han construido los microgrids, conocidas como las islas de energía, integrados por sistemas de energía solar y por baterías para el almacenamiento de energía. Este permitirían que ante cualquier caída de la red convencional, la ciudad pudiera seguir funcionando por sus propios medios al menos durante tres días.

El “National Resilience Program” es una iniciativa activada por el gobierno japonés y lo que busca es incentivar aquellas iniciativas que profundicen en la resiliencia del país.

“Para evitar tener que repetir las medidas a posteriori (..) es importante prepararse por adelantado a desastres a gran escala”, apunta objetivos una iniciativa que llama a tomar medidas “integrales” tras las “lecciones aprendidas del Gran terremoto del este de Japón”.

En este sentido la lista de acciones a incentivar, a las que el texto se refiere como “los peores acontecimientos que nunca deberían ocurrir”  figuran todas aquellas que eviten suspensiones prolongadas del suministro eléctrico que, en caso de catástrofe natural, ponen en jaque cualquier actuación ante emergencias, como el tratamiento médico de las víctimas.

Los fondos aportados por este programa han sido los que han permitido que, tras la destrucción de 2011, Higashi Matsushima sea hoy más resiliente, precisamente por el giro operado hacia la generación eléctrica a nivel local y procedente de fuentes limpias.

Las autoridades del país sopesan incrementar el presupuesto para el programa de resiliencia nacional. Podría elevarse en un 24% tal como lo informa Reuters.

El destino principal de los fondos previstos para el año fiscal que arrancará en abril de 2018 serán los sistemas de gestión inteligente de la energía, así como los de generación distribuida. Estos sistemas precisamente, van en la línea del camino emprendido en Higashi Matsushima al tratarse de generación a pequeña escala que combina la energía solar, la eólica y el gas natural.

“Estamos comprometidos con el impulso a iniciativas que promuevan la resiliencia nacional con el objetivo de crear una tierra segura, así como una sociedad que tenga fortaleza y habilidad suficientes incluso ante un desastre”


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