La emotiva historia del día de hoy nos cuenta sobre Kristi Tavenner, una mujer de Tennessee, mamá de tres y sobreviviente de cáncer de mama quien se sometió a una cirugía reconstructiva de senos. “Parecía el fin de todo cuando me detectaron el cáncer”, dijo Kristi. Sin embargo, pudo someterse a una doble masectomía y a cuatro quimioterapias y gracia a todo eso, hoy no tiene cáncer.
En el día en que se realizó la cirugía reconstructiva, las fotografías de Kristi y de su hija de 7 años, Rose que se tomaron antes de la última ronda de quimioterapia fueron compartidas en las redes sociales.
Durante la sesión de fotos, ambas estaban con la cabeza rapada. Esto es debido a que la pequeña Rose, fue diagnosticada con alopecia a los 5 años. Esta condición se da cuando el sistema inmune de una persona ataca los folículos saludables, dando paso a la pérdida de cabello. Lo cierto es que no existe cura ni forma de predecir si el cabello volverá a crecer.
A pesar de haber recibido una peluca luego de haber perdido su cabello desde los 5 años, en el transcurso del tiempo optó por no usar ni la peluca, ni sombreros, ni nada. Kristi, por su lado, perdió el cabello por las quimioterapias.
“Yo pensé que sería bueno pues así Rose no se sentiría sola, pero realmente tuve miedo de perder mi cabello, y estuve preocupada de cómo se sentiría Rose cuando mi cabello comenzara a crecer y el de ella no.”
Tras dicha conversación, Kristi ya no usó más la peluca cuando estaba con sus amigos y familia, pero seguía usándola para salir a la calle. “No soy tan fuerte como Rose. Percibo más las miradas de la gente y no quisiera llamar tanto la atención”, dijoKristi.
Al hacer la sesión de fotos, madre e hija se sintieron más unidas. Al ver el resultado, Kristi se sintió más segura de sí misma y de su aspecto. “Las vi y pensé: Vaya, no me veo tan fea. Creo que me veo bonita y Rose es fabulosa y juntas nos vemos felices y fuertes”.
En este momento, el cabello de Kristi crece y su nuevo cabello es más oscuro que los rizos rojos que perdió. Aunque aún nadie sabe si Rose volverá a tener cabello, la niña está feliz y le gusta peinar a su mamá y pasarle los dedos por sus nuevos rizos.
Aparte de que ambas se han unido aún más y han logrado aprender una hermosa lección y es que la belleza está en la forma en la que uno mismo se siente y se percibe, también podemos aprender que los comentarios externos no importan si la familia es fuerte y unida, si nos sentimos valorados y amados. No hay belleza más grande que la del amor, sobretodo el de una madre y su hija.
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