Anciano De 99 Años Camina 20 Kilómetros Al Día Para Visitar A Su Amada En El Hospital

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La historia de Luther Younge, un hombre de 99 años que vive en Rochester, Nueva York, es impresionante, pues se mantiene con un increíble estado físico a su edad.  Él está orgulloso de su fuerza, se ejercita y camina 10 kilómetros de ida y vuelta cada día.  No obstante, sus largos trayectos no son para presumir su estado físico, sino para ver a su esposa Waverlee que está en el hospital.

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En ocasiones camina, otras veces corre y si alguien intenta acompañarlo para conocer su historia, les dice dos cosas, que deben seguirle el ritmo y no dará otras declaraciones que no sean sobre su esposa. Él la llama “la mejor taza de té que he tomado en mi vida”.

Su esposa está en tratamientos desde hace 9 años en el Strong Memorial Hospital, después de recibir el diagnóstico de un tumor cerebral.

Los médicos le dieron 5 años de vida, pero hasta ahora se ha mantenido, en estos años ha estado dentro y fuera del hospital. Por eso, cada vez que se va internada, Luther retoma sus caminatas para estar con ella cada día.

Ambos tuvieron una hija, Lutheta, quien cree que su padre es algo hiperactivo a lo que él reconoce que puede ser cierto, pero que no es la hiperactividad lo que le da las fuerzas para sus recorridos, sino el inmenso amor que todavía siente por su esposa. En ocasiones,  la ha acompañado por las noches y se queda a dormir en el suelo.

 

 

Su hija se ofrece constantemente a llevarlo, incluso él reconoce que podría utilizar otro tipo de locomoción, pero no quiere.

“Tengo una esposa. No quiero esperar en el autobús. Quiero ir allí para ver a mi esposa”, dice, convencido.
En el camino, algunas personas detienen a Luther para conversar y conocer un poco con él, pero rápidamente los deja, porque sólo quiere llegar y reunirse con Waverlee.

“La gente me dice que actúe de acuerdo a mi edad. Sí, claro. Están celosos porque no bebo, no fumo, porque eso no está bien. No estaría aquí si lo hiciera”, expresa. No puede dejar de ver a la mujer que conoció en una lavandería y con la que se casó hace 55 años.

“No es una mujer fácil. Era el tipo de persona que si no trabajabas, te tenías que ir. Entonces tenía que trabajar”, dice Luther.

 

“Es por eso que me quedo con ella, porque si no hubiera sido por mi esposa, no lo hubiera logrado. Por eso la amo, porque es dura. Ella no es débil … Es el tipo de mujer que quiero”.

A medida que se acerca al hospital, Luther comienza a apurar el paso y saluda rápidamente al personal del recinto sin detenerse y entra a la habitación de Waverlee.

Siempre saluda a su esposa con un beso y está orgulloso de que esas cosas todavía los puedan hacer felices después de todos estos años y de tanto sufrimiento.

“Él ama a mi madre, haría cualquier cosa por ella”, cuenta Lutheta, quien comenzó una campaña en GoFundMe, para ayudar a recaudar dinero para los gastos hospitalarios de su madre. Luther se ha convertido en una celebridad local en Rochester y muchas personas admiran su peregrinación diaria.

Los habitantes lo reconocen cuando lo ven en la calle y saben que es el hombre que no parará nunca de caminar para visitar a su esposa, es el hombre que siempre tendrá fuerzas para su “taza de té”, como la sigue llamando cariñosamente.

 


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